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MEDINA SIDONIA
TARTÉSSICA Y FENICIA

Salvador Montañés Caballero

En la tradición historiográfica, los autores que se han ocupado de la historia de Medina Sidonia coinciden en que fue fundada por colonos venidos del otro extremo del Mediterráneo, los fenicios. Pero, el rigor científico nos obliga a preguntarnos cuáles eran las bases de tal afirmación. Hasta hace pocos años, o no teníamos datos para corroborarlo, o los argumentos sobre la presencia fenicia en este cerro eran muy escasos. Gracias a la investigación arqueológica este panorama ha variado sensiblemente.

En principio, todo apunta a que el monte donde se asienta la actual ciudad de Medina Sidonia debió estar ocupado por una comunidad humana estable desde tiempos bastante antiguos, en base a los siguientes factores geoestratégicos y económicos:

1 - En él confluyen una serie de comunicaciones terrestres, que enlazan el Campo de Gibraltar y la cuenca inferior del Guadalquivir, a través de la denominada “Cañada Real de Algeciras”; y otras vías secundarias que conectan la Bahía de Cádiz con la sierra gaditana septentrional y la comarca de Ronda.

2 - En relación con lo anterior, su situación como centro geográfico del actual territorio provincial.

3 - Se levanta el núcleo poblacional sobre un monte aislado, cuya cota máxima la tenemos en el Cerro del Castillo, a 339 metros sobre el nivel del mar. Ello permite a sus moradores el control visual de un amplio territorio en su derredor, que está formado por campiñas y alturas menores, así como de las vías de comunicación terrestres ya indicadas. Además, la gran altura y la misma orografía del terreno permiten una cómoda defensa frente a intentos de agresión externos.

4 - En el mismo cerro de Medina Sidonia se dan los elementos esenciales para establecer un asentamiento permanente, al no faltar el agua (existencia de abundantes fuentes en torno a la zona de hábitat) y una gran plataforma superior con terrenos suficientes para establecer espacios urbanos y otros para la explotación agropecuaria de subsistencia. A lo que hay que añadir los bosques y sierras cercanos, con importantes posibilidades de aprovisionamiento cinegético y de otras materias primas básicas.

Como vestigios de este pasado remoto tenemos el interesante hallazgo producido en los años veinte del siglo pasado, en las cercanías de la Fuente de la Canaleja. Se trata de un ídolo oculado y dos betilos cilíndricos, que se sitúan cronológicamente en la Edad del Cobre. Éstos y otros indicios vienen a demostrar que este monte estuvo ocupado ya desde la Prehistoria Reciente, con seguridad en el Calcolítico y posiblemente en momentos anteriores. En estos tiempos, el grupo humano que habitó esta altura mantendría una situación de cierto privilegio y control económico-social del territorio circundante, en un radio más o menos amplio, que incluiría enclaves prehistóricos de menor tamaño que se localizan en los términos municipales de Medina Sidonia, Chiclana de la Frontera o Benalup-Casas Viejas, como el Cerro del Berrueco, La Mesa y el entorno de la desecada Laguna de la Janda (1).

Entrando ya en la Protohistoria, la tradición historiográfica (MARTÍNEZ, 1875: 6-18) (2) nos habla de la fundación de Medina Sidonia por colonos fenicios venidos de la ciudad de Sidón, en el extremo oriental del Mediterráneo, basándose principalmente en la similitud toponímica que con ligeras variaciones ha mantenido este asentamiento gaditano a lo largo de la Historia (Asido = Asidona = Sidonia); además de otros datos más tangibles, como la localización en este cerro de monedas con caracteres libio-fenicios que reproducen el nombre de la población, pero a las que debemos otorgar una cronología muy posterior, en los últimos momentos del dominio cartaginés.

Otros hallazgos se atribuyen también a la época púnica, como la mascarilla negroide aparecida en la calle de San Juan (RAMOS ROMERO, 1981: 339).

El de la presencia fenicia que incide en el urbanismo y las costumbres de la población indígena que se encuentra dentro del área de influencia tartéssica, es un aspecto del pasado de Medina Sidonia que siempre nos ha interesado desde el punto de vista histórico-arqueólogico y urbanístico (situación exacta del enclave). Pero para defender esta tesis con cierto rigor científico eran precisos otros argumentos más contundentes que los que ofrecía la bibliografía, que en la mayoría de las ocasiones (incluso en las publicaciones contemporáneas) no hacía sino reproducir textos de autores anteriores, sin aportar suficiente información material que avalara dicha hipótesis.

Resultaba cuando menos extraño que, tras años de excavaciones arqueológicas en el espacio por el que se extiende el Conjunto Histórico de la ciudad de Medina Sidonia (MONTAÑÉS, 1993, 1994, 1999, e.p./1-2-3) (3), los restos arqueológicos localizados no fuesen cronológicamente más allá del siglo II ó I antes de nuestra era; agotándose con estos vestigios, claramente romanos, los niveles de ocupación humana, que se asientan directamente sobre el terreno geológico del cerro. Por el número e intensidad de actuaciones arqueológicas realizadas hasta el momento, es algo que tenemos bastante contrastado en los barrios de Santa Catalina, Centro y Santiago, y en menor medida en los de Santa María y San Juan de Dios.

Entonces, si las prospecciones efectuadas en el solar urbano tradicional no confirman los datos de las crónicas, ni los hallazgos aislados de época púnica podían encuadrarse en los niveles estratigráficos excavados, ¿dónde se encontraba el asentamiento del Bronce Final Tartéssico con el que entraron en contacto, y aún establecieron colonia, los fenicios venidos del otro extremo del Mediterráneo?

La respuesta comenzamos a vislumbrarla entre los años 1989 y 1991, con la edificación de los grupos de viviendas “Manuel de Falla” y “Blas Infante” y, sobre todo, con la construcción del nuevo Centro de Salud. Las dos primeras obras se localizan al pié de la ladera oeste del Cerro de las Madres, y la segunda en el lado sur, en el lugar conocido como Hoyo Utrera.

Las remociones del terreno que conlleva la urbanización de estos lugares, hasta la fecha fuera del perímetro de la ciudad, dejan al descubierto una gran cantidad de fragmentos de materiales cerámicos realizados a mano, en menor medida a torno y algunos útiles líticos, así como la existencia de unos niveles estratigráficos en el subsuelo de una gran potencia, lo que evidenciaba una fuerte ocupación humana del Cerro de las Madres y sus estribaciones en momentos prerromanos.

Tras darse la voz de alarma sobre lo que considerábamos entonces, aún sin muchos datos, un hallazgo arqueológico muy interesante para el conocimiento de la historia remota de Medina Sidonia, y que corría peligro de desaparecer por la acción de las máquinas excavadoras, no pudimos más que prospectar superficialmente toda la zona afectada y recoger algunas muestras significativas de los materiales ya descontextualizados que se encontraban esparcidos por el terreno, principalmente en las obras del Centro de Salud y las calles que también se estaban construyendo en su entorno.

Implicamos en el descubrimiento al profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, José Luis Escacena Carrasco y a la arqueóloga Inmaculada Ladrón de Guevara, con quienes realizamos el estudio y significación de los materiales cerámicos recogidos en la prospección, obteniéndose unos resultados espectaculares (4).

Algunos de los fragmentos de cerámicas a mano presentan superficies bruñidas de una extraordinaria calidad, perteneciendo a vajilla de tamaño medio o pequeño; los restos de recipientes de porte mayor son de superficies rugosas o espatuladas, entre ellos el fondo de un vaso que tiene impresa en la parte exterior un trenzado vegetal (lo que demuestra que se trabajó el barro fresco teniendo como base una esterilla, sobre la que se levantó la pieza); en otros la decoración consiste en bandas y líneas pintadas en el exterior del vaso, y también los encontramos con una capa uniforme de pintura por el interior.

Los vestigios de cerámica a torno son mucho menos numerosos que los anteriores, encontrándose formas correspondientes a vasos cerrados, cuencos y platos, algunos pintados de rojo, de pastas claras y grises; así mismo, se localizan algunos fragmentos de contenedores (asas y galbos de ánforas).

Las tipologías cerámicas estudiadas (aunque las realizadas a mano puedan retrotraerse a momentos más antiguos), nos llevan a encuadrar estos restos en plena Época Orientalizante, en tiempos tartéssicos en los que ya se ha entrado en contacto con los colonizadores fenicios, entre los siglos VIII-VII a.n.e.

A la luz de este estudio, aunque resulte muy limitado, ya sí que podemos corroborar de manera fehaciente lo que recoge la bibliografía tradicional acerca de la fundación de la ciudad de Asido por colonos fenicios, sobre la base de una ocupación indígena anterior, en unas fechas que coinciden con la colonización de otros núcleos andaluces que entran a formar parte de la red de enclaves tartéssicos explotados y/o controlados económicamente por los orientales, en una dinámica que continuará hasta el siglo III a.n.e. con sus sucesores los cartagineses.

De este modo, la investigación sobre la Protohistoria asidonense ha dado un paso cualitativo importante y apunta el gran potencial arqueológico que encierra el Cerro de las Madres y sus estribaciones (5). Resta, no obstante, dar una explicación coherente a la aparición de tales materiales en dicho lugar; a la gran potencia de los depósitos estratigráficos en los que éstos se localizan, que nos hablan de una ocupación humana muy prolongada concentrada en el Cerro de las Madres y alrededores inmediatos; y, sobre todo, hay que aclarar el por qué no se hallan vestigios arqueológicos de estos mismos momentos dentro del perímetro urbano tradicional, que nos hagan determinar claramente la extensión del hábitat por todo el monte que hoy ocupa Medina Sidonia.

Es cierto que en la superficie del Cerro del Castillo se localizan algunos fragmentos cerámicos realizados a mano, de tipología igual o similar a los procedentes del Cerro de las Madres, pero, aunque excavaciones arqueológicas pueden llevarnos a otras conclusiones, no parece que se haya dado aquí una ocupación humana tan intensa como la detectada en la zona norte de la ciudad.

Por otra parte, los hallazgos de Época Púnica (mascarilla negroide, monedas con caracteres libio-fenicios,...), no son más que piezas aisladas descontextualizadas, que en poco o nada nos ayudan a localizar el espacio urbano de ese momento.

Al respecto de la existencia de un templo dedicado al dios Melkart (Hércules fenicio), erigido por los colonizadores orientales, que la tradición sitúa en el solar del antiguo convento franciscano, hasta el momento los restos que han ido apareciendo en distintas remociones del terreno y en las excavaciones arqueológicas no aportan más que vestigios del período romano (estatuas, monedas, sarcófago, materiales cerámicos, estructuras constructivas, etc.).

A partir de estas realidades (indicios de una intensa ocupación prerromana del Cerro de las Madres y una casi total ausencia de huellas de ocupación humana estable hasta el siglo III a.n.e. en el solar que actualmente ocupa la población), hemos establecido una hipótesis de trabajo sobre la evolución del espacio urbano de Medina Sidonia en Época Tartéssica-Fenicia y Romana, que pasamos a sintetizar a continuación:

A - Desde la Edad del Bronce, al menos, se asienta en el Cerro de las Madres una población indígena que se encuadra dentro de la órbita del mítico reino de Tartessos, convirtiéndose en referente de otros núcleos habitados de su entorno. El hábitat urbano principal ocuparía la plataforma superior de este cerro, cuyo perímetro es muy probable que estuviese amurallado. Al pié de este monte y en sus inmediaciones se localizarían las necrópolis y diferentes zonas de actividad económica.

B - Este núcleo principal en torno al Cerro de las Madres, se complementaría con la ocupación de otras áreas del cerro de Medina Sidonia, siendo probable la existencia de asentamientos diseminados y la utilización del Cerro del Castillo como bastión estratégico para controlar visualmente el territorio circundante.

C - La llegada de los colonizadores fenicios en el siglo VIII ó VII a.n.e., incidirá sobre modelos económicos, tecnológicos y culturales existentes, pero sin variar sensiblemente el espacio habitado hasta ese momento, como tampoco lo harán los que recojan el testigo colonizador de estas tierras, los cartagineses.

D - El hallazgo también de vestigios cerámicos romanos en el Cerro de las Madres, nos lleva a pensar que en el siglo III a.n.e. continúan con la ocupación de este lugar, pero posteriormente, tal vez por la obtención de Asido del status jurídico de colonia de derecho romano, por favor de Julio César que continuaría Octavio/Augusto, se proyectaría una ciudad ex novo siguiendo esquemas típicamente romanos, en terrenos hasta la fecha no urbanizados (coincidente a grandes rasgos con el perímetro del actual Conjunto Histórico).

E - A partir de este momento, el Cerro de las Madres sería abandonado como zona urbana, permaneciendo así en gran medida hasta nuestros días.

Para concluir, debemos insistir en que no hemos planteado en esta última parte del texto sino una tesis o línea de investigación, que sólo la continuación de las prospecciones y excavaciones arqueológicas podrán ir corroborando o matizando.

Pero, de lo que no cabe duda es de que el Cerro de las Madres y su entorno es fundamental para conocer la Prehistoria Reciente y Protohistoria de la actual Medina Sidonia, y que si no se es consciente de ello y no se le otorga un grado de protección suficiente a este lugar (6) (del que ahora carece) , corremos el peligro de perder una información única para estos momentos fundamentales de la evolución histórica de la Ciudad.


Notas:

(1) Una visión de la articulación territorial, ocupación humana y de las relaciones sociales prehistóricas de la campiña gaditana, en la que se inscribe Medina Sidonia, la encontramos en RAMOS MUÑOZ et al., 1994, 1995; sobre el yacimiento de El Berrueco, hoy en gran parte arrasado por la actividad de una cantera de extracción de áridos, puede verse ESCACENA et al., 1984; para la Laguna de la Janda consultar, entre otros, MERGELINA, 1924.

(2) El historiador local Francisco Martínez defiende la hipótesis de la fundación fenicia, aportando como argumentos el parecer de otros estudiosos: Pedro de Medina, Mariana, Rodrigo Méndez de Silva, Rodrigo Caro,... Nos informa también de que los fenicios erigieron un magnífico templo dedicado á Hércules, que ubica en el solar del antiguo convento de los Franciscanos Descalzos, aunque, como nosotros, introduce la duda sobre si los restos aquí localizados son de este momento o romanos.

(3) Son algunos de los estudios publicados, de las aproximadamente cuarenta intervenciones arqueológicas que hemos realizado en el casco urbano de Medina Sidonia.

(4) Para profundizar en el estudio de los materiales cerámicos del Cerro de las Madres, además de para conocer una valoración crítica sobre la fundación de Asido, ver ESCACENA et al., 1994.

(5) En RAMOS ROMERO, 1981: 39, 82-88 y 337-339 se dan noticias de diversos hallazgos producidos en distintos puntos de Medina Sidonia, algunos de ellos en la zona norte de la Ciudad, que cronológicamente se sitúan entre la Edad del Bronce y la Época Púnica. Pero no se profundiza en su significación, ni se atisba su encuadre en un área urbana que pudiese existir en el Cerro de las Madres.

(6) Sin control arqueológico, como ya hemos apuntado, entre 1989 y 1991 se han construido viviendas en su ladera oeste, y el Centro de Salud y viales por el sur; existen edificaciones anteriores en la misma cumbre del cerro; a las obras de la subestación eléctrica construida recientemente tras el Centro de Salud también ha llegado tarde la investigación arqueológica, pudiendo únicamente constatarse la existencia de niveles estratigráficos de la Edad del Bronce que superan los dos metros de altura; y, por citar un peligro más, últimamente se están concediendo licencias para la instalación de antenas de telecomunicación, que igualmente están destruyendo niveles arqueológicos, sin la posibilidad de un estudio previo del terreno.

 

Bibliografia:

BARRANTES MALDONADO, P. (1541): Ilustraciones de la Casa de Niebla. Edición de Federico Devis Márques, en Colección Fuentes para la Historia de Cádiz y su provincia, 3. Servicio de publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1998.
ESCACENA CARRASCO, J.L.; DE FRUTOS REYES, G.; ALONSO VILLALOBOS, C. (1984): "Avance al estudio del yacimiento del Cerro del Berrueco (Medina Sidonia-Cádiz)". Anales de la Universidad de Cádiz, I. Cádiz, pp. 7-32.
ESCACENA CARRASCO, J.L.; MONTAÑÉS CABALLERO, S.; LADRÓN DE GUEVARA, I.; PERDIGONES MORENO, L. (1994): "De la fundación de Asido". Spal, 3. Universidad de Sevilla, pp. 179-207.
MARTÍNEZ Y DELGADO, F. (1875): Historia de la ciudad de Medina Sidonia. Imprenta de Federico Joly y Velasco. Cádiz.
MERGELINA, C. DE (1924): "Los focos dolménicos de la Laguna de la Janda". Memorias de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, III. Madrid, pp. 97-126.
MONTAÑÉS CABALLERO, S. (1993): "Ingeniería hidráulica romana en Medina Sidonia". Revista de Arqueología, 146. Zugartu Ediciones. Madrid, pp. 32-39.
MONTAÑÉS CABALLERO, S. (1994): "Intervención arqueológica en las conducciones subterráneas de agua romanas de Medina Sidonia. Cádiz" –1ª campaña-. Anuario Arqueológico de Andalucía/1991, III, Actividades de Urgencia. Sevilla, pp. 65-74. También Anuario... de 1997 –2ª y 3ª campañas- y Anuario... de 1999 –4ª campaña-.
MONTAÑÉS CABALLERO, S.; JIMÉNEZ, C.; AGUILERA, L.; RICHARTE, M. J. (en prensa/1): "Informe de la excavación de urgencia con sondeos estratigráficos llevada a cabo en las murallas anexas a la torre de Doña Blanca y espacio circundante, trasera iglesia Mayor-Santa María Coronada, en Medina Sidonia (Cádiz)". Anuario Arqueológico de Andalucía. Sevilla.
MONTAÑÉS CABALLERO, S.; AGUILERA RODRÍGUEZ, L. (e.p./2): "Actuación arqueológica de urgencia en solar de la C/ Álamo nº 7-9 de Medina Sidonia (Cádiz)". Anuario Arqueológico de Andalucía. Sevilla.
MONTAÑÉS CABALLERO, S.; AGUILERA RODRÍGUEZ, L. (e.p./3): "Actuación arqueológica de urgencia en solar de la C/ San Francisco nº 19 y C/ Guzmán nº 1 de Medina Sidonia (Cádiz)". Anuario Arqueológico de Andalucía. Sevilla.
RAMOS MUÑOZ, J.; CASTAÑEDA, V.; PÉREZ, M.; LAZARICH, M.; MARTÍNEZ, C.; MONTAÑÉS, M.; LOZANO, J. M.; CALDERÓN, D. (1994): "La secuencia prehistórica del poblado de La Mesa (Chiclana de la Frontera). Su contribución a la ordenación del territorio de la campiña litoral y banda atlántica gaditana". Boletín del Museo de Cádiz, VI, 1993-1994. Cádiz, pp. 23-41.
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