MEDINA SIDONIA Y EL NUEVO CONTINENTE
ASIDONENSES EN AMÉRICA


Salvador Montañés Caballero

 

El trabajo de recopilación documental que sigue a continuación, no es sino el primer paso de un proyecto de investigación que algún día habrá que acometer para conocer en profundidad el tema planteado.

Medina Sidonia, según nos van demostrando los retazos de Historia que de Ella hemos ido conociendo, ha jugado en todos los tiempos un papel primordial en los avatares pasados de la provincia de Cádiz, e incluso de Andalucía, España y, en cierta manera, en el resto del mundo.

Algunos ejemplos de este protagonismo (sobre el que aún no se ha hecho suficiente énfasis por arqueólogos e historiadores), los tenemos en el papel vertebrador de un amplio territorio circundante jugado por la Ciudad en la Protohistoria, Historia Antigua, Medieval y Moderna, favorecido por su situación estratégica y control de vías de penetración hacia el valle del Guadalquivir y enlace entre las bahías de Cádiz y Algeciras: eje vertebrador en la Prehistoria Reciente de los enclaves que existen en su entorno; importantísimo de fenicios y cartagineses para el control de las tierras del interior; igualmente en época republicana y Alto Imperio romano, que se refleja en el diseño de una urbe nueva al estilo de Roma, con edificaciones grandiosas y todas las comodidades de una gran ciudad de la época (calles enlosadas, red de alcantarillado, agua corriente, magníficos edificios,...); en el Bajo Imperio y período visigodo, se convertirá en la capital administrativa y religiosa de un territorio que superaba en superficie a la actual provincia de Cádiz, siendo sede del Obispado Asidonense; igual ocurrió durante buena parte de la época musulmana; y, por ir abreviando, a lo largo de la Baja Edad Media y Moderna, al prestar su nombre a uno de los ducados más poderosos de la España de entonces.

En fin, este protagonismo de Medina Sidonia se ha plasmado también, las más de las veces, a partir de la presencia destacada de personajes nacidos en esta Ciudad en distintos acontecimientos históricos.

En la gesta americana y el encuentro con las distintas culturas del nuevo continente, las gentes de Medina Sidonia no se quedaron a la saga de otros pueblos de la Península, no sólo con una gran cantidad de habitantes que, de forma anónima, dieron el salto a esas tierras, prácticamente desde que Cristóbal Colón trajo noticias de ellas, sino que también ha aportado en muchas ocasiones personajes destacados de su población, con nombres ilustres que han alcanzado importantes cargos y realizado grandes servicios en la América Hispana; o participado en el intercambio mercantil, enviando productos manufacturados o materias primas producidas aquí.

Como medio de confirmar estas aseveraciones que hacemos, vamos a reproducir diversos pasajes bibliográficos, empezando por el libro escrito a finales del siglo XVIII por el asidonense Francisco Martínez y Delgado, titulado Historia de la ciudad de Medina Sidonia, impreso en Cádiz en el año 1875, con prólogo y notas de Joaquín María Enrile y Méndez de Sotomayor:

"No corresponden los actuales progresos de Medina Sidonia á la grandeza de sus principios: así echaremos de menos en su estado presente muchas de las cosas que en la antigüedad la dieron tanto lustre... Algunos de sus más ilustres habitantes y naturales fijaron su domicilio en otras tierras; mucha parte de su vecindario emigró á pueblos comarcanos, que por su mayor inmediación á Cádiz, que fértil en su comercio, admirable más que en los otros siglos por la extraordinaria concurrencia de extranjeros, aumentaron notablemente su población y recursos..." (pág. 111).

"...daremos noticia de la particular loza que se fabrica en esta ciudad con el nombre general de ollas y cazuelas, y es la más singular y apreciable para el uso de cocina. A este efecto se trabajan piezas de todas hechuras y dimensiones para un servicio completo, tanto para comer como para beber, labrándose también otras de primor para diferentes usos de gusto y comodidad (pág. 127)...

Para este efecto es singular esta loza, sin que quepa adelanto; porque la porosidad y finura del barro contribuyen á la más pronta penetración del fuego, blandura y cocimiento de los manjares, que preparados en él nada pierden de su natural gusto... Son, pues, estimadas las piezas que en Medina se fabrican, por lo que tienen pronto despacho, no solo en el Obispado de Cádiz, sino en otros de España, y aun se embarcan para América y han llegado á Filipinas. Esta es la particular fábrica de esta ciudad sostenida por el singular barro que hay en sus inmediaciones. Las veinte y seis ruedas que tiene en ejercicio, y que dan al año con corta diferencia trescientos noventa hornos ú hornadas, emplean crecido número de operarios en la conducción de leña, pisa del barro, manufacturas y porte de la loza á otros pueblos;..." (pág. 128).

"Hasta el año de 1712 no se daba otro culto público en esta ciudad al Señor San José, que el que se dirigía á una pintura de este santo en un hueco de la pared de la Iglesia Mayor, -posteriormente se costeó imagen de bulto-... D. Hipólito Casiano Monforte Altamirano, presbítero de esta ciudad, que pasó a residir en Nueva-España, mandó desde ella para dicha imagen una lámpara de plata, hermosa y grande, que es la mayor de las tres que arden en su altar; y mil pesos, con los que y otros que se suplieron se compró una casa, que en el día es posada con el nombre del Santo..." (pág. 233).

"El Dr. D. Juan Victoriano Perez, fue cura propio del sagrario de la Sta. Iglesia catedral de Cádiz, y teniente-vicario general de la real armada: ministerios que ejercía el año 1717. En sus últimos fue nombrado obispo del Cusco en el arzobispado de Lima. Sus achaques y muerte impidieron fuese á tomar posesión de su silla... P. Fr. Cristóbal de Molina Besedas –religioso franciscano de la observancia-: nombrado obispo de Cuba á finales del siglo XVII.

El Dr. D. Juan de Grados, abad y colegial mayor en el de Sta. María de Jesús, Universidad de Sevilla, en donde tomó la beca año de 1572, fue oidor en la audiencia de Guatemala. Después juez en el reino de Sicilia, y últimamente abad de S. Felipe el grande. Sus padres fueron Alonso Escribano y Catalina de Grados" (pág. 270).

"El P. Fr. Simon de Alfaro, mercedario calzado, redención de cautivos, fue colegial en el de la Vera-Cruz de Salamanca, donde con otros lo mandó su provincia de Andalucía á estudiar. Completó allí sus cursos. Regentó despues las cátedras de filosofía y teología, según los estatutos de su órden; y fue sucesivamente presentado de número, maestro, comendador de los conventos de Jerez de la Frontera y de Córdoba, examinador sinodal de este obispado y del arzobispado de los Reyes en Perú. Fue nomobrado por el Rey, visitador primero, y reformador general de las provincias de su órden del citado reino del Perú, en el Vireinato de Lima, y lo fue igualmente de Buenos-Aires y Rio de la (pág. 289) Plata. Comisión vasta y honrosa que desempeñó á satisfaccion de los superiores en el tiempo de 12 años, habiendo regresado á España lleno de méritos en el de 1785. Los padres Fr. Francisco Merchante y Fr. Juan Garrucho del órden de franciscos descalzos fueron provinciales, el primero en la de Méjico, en Nueva España, electo el año de 1787; y el segundo en esta de San Diego, año de 1790, despues de haber recibido otros varios honores en su religion; á los que debe agregarse el P. Fr. Luis de Barrios, de la misma familia religiosa, electo provincial en la de San Diego de Méjico en Julio de 1793" (pág. 290).

"...Y al fin del mismo siglo –el XVIII- lo fue en una de las catedras de Nueva España D. Antonio Jironda Sidon, caballero del hábito de Santiago, que habiendo sido casado en el mismo reino, tenido dos hijos y enviudado, se ordenó de sacerdote y obtuvo dicha canongía. Conocí en esta ciudad á un hermano suyo, llamado D. Bernardo Sidon, clérigo presbitero. En el año de 1801, fue nombrado racionero de la Sta. Iglesia Catedral del nuevo reino de Leon en América, provisor y gobernador de dicho obispado D. Francisco de Paula García y Medina..." (pág. 291).

"El año de 1577 nació Andrés Segura en esta ciudad, de padres muy honrados, aunque pobres. <<Fue dotado de generoso espíritu y un entendimiento tan capaz y profundo, que si el destino lo hubiera guiado por las escuelas, fuera asombro de muchos siglos>>. Estaba adornado con una candidez y sinceridad columbinas y mucha inclinación á lo honesto. Embarcóse para Nueva España con el deseo de mejorar de fortuna, en almiranta de flota que salió desde Sevilla en 1592. No habiendo adelantado cosa alguna en sus intereses, se embarcó en la misma nave para restituirse á España. Salió de la Habana con la flota el dia 15 de Marzo de 1594. A los cinco de su navegación, al desembocar el canal de Bahama, sobrevino una tormenta furiosa. La capitana chocó con la almiranta; de resultas, sin rumbo y sin conocimiento de la altura en que se hallaban, zarparon algunos con Andrés en un bote, en el que sin víveres ni gobierno pasaron doce dias, casi muerto de hambre, y desde entonces hizo Andrés voto de ser religioso de nuestra Señora del Carmen, si salia con vida de aquel peligro. Arribaron á un pueblo de indios amigos, cercano á la ciudad de San Agustín, que era presidio de España sobre la costa oriental de la Florida. El cacique de dicho pueblo detuvo á Andrés y a otro de sus compañeros, aficionado á su buen trato y conversación (pág. 292). De esto resultó en aquel y en otros indios deseo de ser cristianos, lo que comunicaba al gobernador de la ciudad de San Agustín, D. Martin de Avendaño, envió á la Habana por religiosos franciscanos, que hasta entonces no habían entrado en la Florida, en la que con su predicación hicieron mucho fruto y fundaron conventos. Despues de haber corrido Andrés várias fortunas en otros viajes con peligro de incendio y de caer prisionero en manos de los ingleses, logró últimamente cumplir su voto, recibiendo el hábito de lego del sagrado órden de carmelita descalzo en el convento de la Puebla de los Angeles, tomando el nombre de Fr. Miguel, y excusando constantemente por humildad, profesar para el coro, como se lo persuadian los Padres, en atención á su singular talento, en cuya virtud, como igualmente en la penitencia, contemplación y especialísima devoción á María Santísima, se ejercitó mucho y aprovechó extraordinariamente.

En cuanto á su ciencia dice lo siguiente la citada corónica: <<La parte intelectual la adornó el siervo de Dios con el estudio de las matemáticas, á que desde niño era inclinadísimo, y habiéndoles servido el navío de clase, y los peligros de lecciones, se habia adelantado en estas facultades. Pero hallando mejor ocasión despues de profeso, y permitiéndoselo los prelados para bien de la religion, se hizo eminente en toda matemática. La perspectiva, geografía, hidrografía, aritmética y astrología, las llegó a comprender como el mejor de su siglo, y á probar con su ejecucion lo fiel de su inteligencia. Con este ejercicio vivia siempre encerrado en su celda, retirado en su convento, empleado en esta honestidad y más capaz de levantar el corazón á lo invisible é innumerable. Callaba mucho, trabajaba en bien de los conventos, y lo que por ellos y aun por el imperio mejicano hizo, no podemos nosotros reducir á guarismos. Gobernando á Méjico el marqués de Cerralvo, padecia la ciudad de las inundaciones, indecibles (pág. 293) trabajos, habian crecido á inagotables sus lagunas, y se temia un general estrago, sin que muchos artífices alcanzasen á refrenar el ímpetu de tal elemento, que parecia no reconocer más centro que los cimientos y casas de aquella córte. Pidió el gobernador á los prelados permitiesen al H. Fr. Andrés dar su parecer en aquella dificultad, que anegaba los ingenios y los cuerpos. Fue por obedecer el siervo de Dios; y así aplicó su capacidad, que detuvo el ímpetu de la naturaleza con el arte; y dio forma de dividir los rios, de levantar puentes, de formar calzadas y en poco tiempo respiraron sus vecinos de su cercano, temido peligro.

Alentados con esto, se intentó el célebre esguace de la laguna mejicana, que no es de corta fama en el mundo. Llámanla hoy los naturales desague de Guegetoca. Para este fin se valieron al principio, del matemático Enrique Martin; pero aunque agotó los tesoros en la obra, le dio tan mala disposición, que no agotó la laguna; y en lugar de sangría para el agua, abria sepulcros para los indios metidos en el agua hasta los pechos, y las zanjas solian ser de cincuenta estados de profundidad; con que las más veces, juntándose las paredes, dejaban sepultados á los miserables. Despues de muchas juntas de arquitectos y otros consejos y litigios, llamaron los vireyes al H. Fr. Andrés, el cual muy á poca costa y sin riesgo de las vidas, ejecutó una de las mejores obras que se conocen en el orbe, y por ella sola merecia nobilísima estátua en el palacio de la memoria y en el templo de la fama. Hizo abrir una zanja á tajo abierto que tiene de profundidad cuarenta estados, y de ancho, capacidad para dos galeras, y en tan buen sitio y proporción, que deja libre de su riesgo á la ciudad, y gloriosos á los Reyes Católicos, de haber hecho por el bien de sus vasallos lo que hasta entonces no se habia podido conseguir.

Los provechos que este siervo de Dios hizo en aquella (pág. 294) provincia son innumerables. El labró el colegio de Sta. Ana de Méjico, que es la mejor fábrica de toda la órden. Labró el santo desierto desde sus zanjas; y sendereó lo inculto de aquellos montes con imponderable trabajo, y aun de aquí le nacieron muchos males de los suyos; porque trabajaba mucho por su mano; y en una ocasión le cayó sobre el cuerpo una muy gruesa viga, que le lisió para toda su vida, que la labró de silencio y paciencia. Labró asimismo los dos conventos de Cretano y Salaya, que ambos son excelentes, y los dejó concluidos y perfectos. Finalmente, cuando ya estaba lleno de dolores y de años, lo trajo la obediencia á dirigir la fábrica de este convento de Guasindeo ó Salvatierra. Compuso la planta, dio la forma y asistió algun tiempo como pudo á la obra, con grande edificacion de todos;... Queriéndosela –su vida- Dios premiar en este año de 1644, dispuso se le agravasen sus males, de que murió con grande edificación>>" (estos datos los ha extraído MARTÍNEZ de la crónica de los carmelitas descalzos, escrita por Fr. Manuel de San Gerónimo, t. 6, lib. 22, c. 36) (pág. 295).

"Fr. Gerónimo Parrado, del sagrado órden de Santo Domingo, leyó teología en los conventos de Lima y Quito, en el reino del Perú: volvió despues a España; pasó á Roma a negocios importantes..." (pág. 296).

"Fr. Alonso Parra y Cote, religioso presbítero del sagrado órden hospitalario de San Juan de Dios, hombre de gran mérito y de los más memorables de su religion. En ella fue coronista general y padre de provincia; visitador general en el reino de Nueva España, y postulador en las causas de beatificacion de los venerables padres Fr. Juan Pecador y Fr. Francisco Camacho. Estaba tambien graduado en cánones en la universidad de Sevilla y era calificador del santo oficio, revisor de libros, teólogo y examinador del tribunal apostólico de la Nunciatura de España, predicador en diversas diócesis y en el patriarcado de Lisboa. Sus títulos manifiestan el mérito excelente de este hijo de Medina" (pág. 296).

"Referiremos ahora sucintamente algunos eclesiásticos de esta ciudad, que por diferentes respetos se hicieron acreedores á su memoria y gratitud. Tales son los Lcdos. Alonso Perez, Pablo Perez y Alonso de Jerez, presbíteros, quienes desde Nueva España donde residieron en el siglo XVI, se acordaron de hacer varias fundaciones para utilidad de su patria" (pág. 298).

"P. Fr. Manuel Beltran de la Cueva, del sagrado órden de San Francisco de la Observancia, natural de Cádiz, hijo de D. Diego Beltran de la Cueva, natural de Medina Sidonia, y de Dª Ana de Cuellar que lo fue de la villa de Conil de la Frontera. Este venerable, de quien queda en Medina mucha parentela inmediata, fue martirizado el año de 1684 por los indios de la nacion Jana de la nueva Méjico, con tanta inhumanidad y fiereza, que en trozos le dividieron el cuerpo por las coyunturas, dejándolos esparcidos por el campo, profanando tambien el templo santo y sagradas alhajas que tenia aquella mision de que era presidente" (pág. 306).

"García de Leon, corregidor en la ciudad de Lima, donde fundó capellanía para la Iglesia mayor de Medina, Bernardo de Novela, procurador general de la ciudad de Panamá, fue hombre de gran reputación... Los capitanes D. Antonio Lozano Berrocal y D. Juan Berrocal, aquel en el reino del Perú, y éste en Panamá, a cuyo convento de monjas de la Concepcion dejó grandes dotaciones. En los mismos paises florecieron por el comercio muchos hijos de Medina. Además de los dos últimos fueron muy acreditados por este giro, Pablo Perez de Medina en Panamá: Alonso de Medina Plaza, D. Alonso Jimenez (pág. 314) Alba, en Jalapa, y D. Pedro Delgado de Sandoval capitan del regimiento fijo de Méjico; habiendo dejado éste y algunos de los anteriores copiosas dotaciones en patronatos y capellanías en beneficio de los pobres de Medina (pág. 315). "...D. José Pareja, colegial en el mayor de Santa Cruz de Granada, despues de haber sido asesor del vireinato de Lima, fue promovido á oidor de la audiencia de Buenos Aires el año de 1787 y condecorado con la cruz de la real distinguida órden de Carlos III..." (pág. 316).

"Síguese ahora D. Francisco Butron y Moxica. Su muerte fue en el rio grande de San Pedro, en la costa de Buenos Aires, en 19 de Febrero de 1776. En ocasión que una escuadrilla española surta en su fondeadero se defendia gloriosamente, y ya para alcanzar la victoria de una escuadra superior portuguesa que la atacó en tiempo de paz y por sorpresa, fue muerto el citado Butron. Los papeles públicos que anunciaron este combate, le pintaron con estas expresiones: <<El capitan del bergantin Pastoriza murió, y el segundo capitan de la saetia S. Francisco de Paula tuvo igual suerte, despues de haber hecho uno y otro prodigios de valor: el primero se llamaba D. Juan José Iturriaga y el segundo D. Francisco Butron: siendo cada uno de edad de 22 años, han dejado un honrado ejemplo á la posteridad>>. El expresado Butron era Teniente de Fragata. Estimóle mucho por su valor y demás prendas militares, D. Antonio Barceló, terror de los argelinos y gloria de nuestra España, Teniente General de la R. Armada, á cuyas órdenes sirvió Butron en la escuadra de javeques que mandaba siendo Brigadier. Fue muy público el mérito que contrajo aquel en el citado combate de Buenos Aires..." (pág. 318).

"-D. Juan María Villavicencio de la Serna- Entró á servir de guardia marina en 1769. Hasta 1776 navegó en el Océano y Mediterráneo, teniendo diversos encuentros y funciones de guerra con buques berberiscos. En América mandando los guarda-costas del S. de la isla de Cuba, hizo 23 presas y por sus méritos ascendió en 1779 á teniente de navío. Se distinguió en las Floridas y toma de Panzacola, ascendiendo á capitan de fragata en 1784..." (nota 1, pág. 319).

"D. Manuel Montes de Oca y García de Alzugaray, nació en Medina en 1804, hijo de D. Francisco y Dª María Josefa. Sentó plaza de guardia marina en 1821. Embarcó en 1822 navegando en los mares de Europa y América en la fragata Sabina, y corbetas Diamante, María Isabel, y Zéfiro, recibiendo en el nuevo continente su bautismo de fuego, y confirmación de intrépido é inteligente marino, por lo que en 1827 obtuvo la cruz de la marina de Diadema Real" (nota 3, pág. 321).

"D. Alonso Butron y Pareja, guardia-marina herido en Trafalgar y luego de un bayonetazo en el pecho en Méjico. Murió en esta ciudad de capitan de navío en 1851.

D. José Mª Butron y Pareja, teniente de navío hecho prisionero por los insurgentes del Perú en la batalla de Maipú, quienes lo fusilaron en 1818.

...D. Antonio Butron y Butron, alférez de navío que murió en la Habana en 1834.

...D. Cayetano Butron y Butron, murió de guardia-marina en la Habana en 1834.

D. José Sanchez Marchante, alférez de navío que murió ahogado en Cavite en 1860.

...D. Juan Cervera y Topete, murió de guardia-marina en la Habana en 1853.

...D. Antonio de Pareja y Serrano...Siendo brigadier desde 1805, mandó una expedicion terrestre en Perú y murió en Chillau de las penalidades de la campaña en 1813..." (nota 3, págs. 325 a 327).

Otro historiador local, éste contemporáneo, Marcos RAMOS ROMERO, en su obra titulada Medina Sidonia. Arte, Historia y Urbanismo, publicada en Cádiz en 1981, nos ofrece algunos ejemplos más de la presencia de asidonenses en tierras americanas:

"D. Pascual Cervera y Topete, hijo de ricos comerciantes del vino, defensor del arsenal de La Carraca frente al cantón independiente de Cádiz con Fermín Salvochea, en 1873, y héroe de Santiago de Cuba al mando de la escuadra española en la guerra hispano-norteamericana el 18 de julio de 1898.

No es la heroicidad en el sentido clásico, sin embargo, lo que va a caracterizar el siglo XIX en Medina, pese a que otros hijos de la ciudad van a estar también presentes con su sangre en Maipú (Chile) 1818 y Santiago de Cuba, en 1898, y en las guerras de África" (pág. 186).

"Los motivos americanos que adornan principalmente el cuerpo central (de la capilla de la Virgen de la Paz, en la Iglesia de Santa María la Mayor Coronada) se relacionarían con obras peruanas o mejicanas, ya que en ambos lugares los Montes de Oca y Novelas ocupan cargos administrativos. Más aún, una comparación con obras mejicanas de mediados del XVII, como el frontal del Puerto de Santa María en nuestra provincia, que estudia el mejicano Francisco de la Maza, resultaría interesante" (pág. 296).

Otras fuentes interesantísimas para la localización de noticias y relaciones de Medina Sidonia con América, objeto de esta recopilación y pequeño estudio, son sin duda los riquísimos fondos documentales del Archivo Municipal de esta ciudad. Hace unos años localizamos lo que nos puede servir ahora de ejemplo y muestra de lo que de sí pueden dar los documentos aquí custodiados. Así, en el Legajo nº 65, en el Acta Capitular del día 16 de abril de 1936, punto quinto, encontramos lo siguiente:

"Se da cuenta de un cariñoso Saluda, que el Señor Presidente del Ayuntamiento de Santiago de Cuba, Don Manuel Rivera Lozano hijo de esta Ciudad dirige al Sr. Alcalde, dándole cuenta de su designación para dicho cargo.

La Corporación por unanimidad acordó: ver con satisfacción que un hijo de Medina Sidonia, haya llegado a un puesto de tal importancia en una República progresiva como lo es la de Cuba y que se le traslade al Sr. Rivera Lozano la felicitación de esta corporación de su pueblo natal, al mismo tiempo que en nombre de esta Ciudad se le envíe un cariñoso saludo al pueblo de Santiago de Cuba, representado en su Ayuntamiento".

De lo expuesto aquí podemos hacer la siguiente síntesis:

En lo que respecta a los asidonenses que marcharon a América, no debemos olvidar, como ya hemos comentado, el número que estimamos importante de aquellos personajes anónimos que decidieron un día abandonar lo poco que tenían aquí y embarcar para el Nuevo Continente, con la esperanza de hacer fortuna o encontrar, al menos, una existencia mejor. Hay constancia de ello en la documentación del Archivo de Indias de Sevilla, y conocemos de algunos estudios publicados al respecto, donde quedan reflejados nombres y procedencia de todos los pasajeros que embarcaron hacia América. Un análisis en profundidad de estos datos podría aportarnos un estudio sociológico interesantísimo, dándonos a conocer la verdadera dimensión de este trasvase de población de uno a otro lado del Atlántico, y quizás acercarnos a las motivaciones que lo impulsaron en cada caso concreto.

Esta relación de Medina Sidonia con América se completaría investigando el intercambio comercial y su incidencia en la ciudad (ollas y cazuelas, por ejemplo), cultural y artístico (orfebrería americana en la Iglesia Mayor, obras de arte y objetos de liturgia del Convento de Jesús, María y José, etc.).

 


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