LA CASA DEL AZAHAR

UN SUEÑO CON UN PASADO HISTÓRICO.

 

Yolanda Espuela Valverde.

 

La Casa del Azahar es una casa-palacio ubicada en Medina Sidonia, en la calle Ganado número 1.

 

Casapuerta

 

Esta casa fue recuperada por dos madrileños, Luis Sanféliz  y Yolanda Espuela, que tras un largo periodo de búsqueda, encontraron en Medina Sidonia el lugar más bonito para vivir con sus tres hijos.

La idea era rehabilitar y crear una casa rural de categoría superior, respetando al máximo la arquitectura tradicional, recuperar elementos característicos y emblemáticos de la casa y decorarla con gran sencillez, haciendo prevalecer la propia arquitectura, los colores y materiales propios de la zona.

La casa tiene como elementos especiales un pozo, un aljibe, un almizcate y un molino. Todo gira alrededor del gran patio presidido por un  precioso naranjo que da nombre a la casa: La Casa del Azahar.

El arqueólogo Salvador Montañés Caballero hizo en su momento un excelente trabajo de campo en el que informó de lo siguiente:

“Desde la conquista de la villa por Alfonso X el Sabio en 1264 hasta finales del siglo XV, la población de Medina Sidonia fue ocupando paulatinamente todos los espacios que se encontraban dentro de los muros defensivos construidos en época musulmana, desde el castillo a las puertas de Jerez y de la Salada, desde el Arco de Belén a la Puerta del Sol.

En el siglo  XVI, desaparecido el reino de Granada y, por tanto, el peligro que durante varios siglos había supuesto tener la frontera nazarí tan cerca, unido al esfuerzo de la Casa Ducal de engrandecer la ciudad aumentando su vecindario, se comienzan a construir viviendas fuera de las murallas, iniciándose estas nuevas ocupaciones por los espacios situados entre los muros de la antigua villa y la hoy Plaza de España, llamada entonces “plaça nueva”, según podemos comprobar en un dibujo realizado en 1541 por el que fuera cronista del duque de Medina Sidonia, Pedro Barrantes Maldonado. Aunque está realizado de una manera muy  simple,  refleja  claramente   que   la   que   hoy conocemos como calle Ganado ya estaba formada en aquella fecha.

 

Vista del patio y escalera doble de acceso a la primera planta

 

Este hecho concuerda perfectamente con la tipología de nuestra vivienda, pues a grandes rasgos responde a la estructura de las casas más antiguas de Medina Sidonia conservadas (muy pocas, por cierto), precisamente construidas en el siglo XVI.

Fue el duque de Medina Sidonia quien, en 1503, elaboró unas ordenanzas para atraer nuevos habitantes a la ciudad, dándoles una serie de ventajas, indicando además que la nueva construcción debía ser  “no pajiza y al menos de cinco tijeras de medida” (según medidas locales, una tijera equivalía a unas tres varas, y cada vara a 83,5 centímetros, por lo que cinco tijeras era algo menos de 14 metros).

La tipología de las casas de Medina Sidonia puede reducirse a cuatro tipos, según Marcos Ramos. El más antiguo, al que pertenecería la nuestra, como decíamos, presenta las siguientes características:

 

o   unen la vivienda de los propietarios y posibles sirvientes y la casa de campo (distintos espacios destinados a almacenes y cuadras), predominando éste último;

o   suelen ser tanto señoriales, como pertenecer a pequeños propietarios o arrieros.

o   Tienen planta baja y primer piso;

o   Se cubren con teja morisca;

o   Fachadas simples (escasos motivos decorativos) y con pocos vanos;

o   zaguán más o menos largo que desemboca en patio central cuadrado o rectangular;

o   en el patio, frente a la entrada se encuentra normalmente la cuadra y, tras ésta, patio secundario o corral;

o   la escalera al piso superior se abre en uno de los laterales del patio principal;

o   el patio principal presenta también una galería cubierta en uno de sus lados, que soporta pasillo en piso superior, con arcos sobre columnas o pilares.”

En este informe de actuación arqueológica preventiva llevado a cabo por Salvador Montañés Caballero se concluye que existen vestigios constructivos romanos que corresponden a una estructura hidráulica, posiblemente una cisterna, con tres depósitos comunicados de escasas dimensiones. Esta estructura se asocia a varias hiladas de sillares bien escuadrados que forman parte del muro medianero con la finca contigua de la calle Basurto.

 

 

Puerta de ladrillos con salida al patio

 

 

Se destaca la escasa profundidad a la que se encuentran los restos constructivos antiguos con respecto al nivel de ocupación moderno en este lugar, entre 40 y 60 centímetros, lo que debió provocar que en el proceso de construcción de la vivienda se rebajase en parte el alzado de estructuras romanas aún no arruinadas en el siglo XVI, se cimentasen los muros de la finca actual sobre restos romanos y que, incluso, se desmontasen completamente otros vestigios hasta los cimientos, asentándose parte de la finca sobre el terreno geológico, tal y como se aprecia en el Molino.

Se confirma que el urbanismo de la Asido romana estaba dispuesto en terrazas artificiales escalonadas, posibilitándose así la construcción en la ladera del cerro sobre el que se asentaba la casa y se asienta la ciudad actual.

Existe en la construcción un molino o amasadora doméstica de tracción animal, cuyo mecanismo era movido por un burro. No se han conservado los elementos emergentes del ingenio, tan sólo parte del empedrado del pavimento que cubría toda la estancia, del perímetro del círculo de ladrillos que enmarcaba la solera, la piedra central donde asentaba el eje vertical, el rebaje cóncavo realizado sobre una de las paredes para facilitar el recorrido animal, sendos agujeros en los muros para situar la viga horizontal y una pequeña fosa para colocar un recipiente, que pudiera ser agua.

Se encontró una moneda de Felipe IV entre los vestigios conservados, ella nos podría acercar a la fecha de construcción o uso más antiguo del molino: mediados del siglo XVII (anterior a la cronología del paralelo existente en el alcázar de Jerez de la Frontera, que es del siglo XVIII).

Este molino está totalmente conservado en la actualidad por los propietarios de la casa, habiendo creado en él un espacio para la lectura y la música.

La moneda encontrada en el molino nos hace pensar que la casa, a pesar de los cambios y remodelaciones sufridos a lo largo del tiempo, pudo haberse construido en el siglo XVI, momento en el que la ciudad de Medina Sidonia experimenta un crecimiento urbano propiciado por la Casa Ducal, que impulsa una ocupación de espacios fuera de las murallas de la villa medieval y el trazado de nuevas calles.

Existen en Medina Sidonia casas de parecidas características arquitectónicas y distribución de espacios, ya sean del siglo XVI o posteriores, con elementos similares a la nuestra como el pozo con servicio para dos plantas, el almizcate o patio alargado asociado a zona de cuadras, almacenes en la primera planta, patio con pórtico en uno de los lados, aljibe, etc.

Se supone que la casa pertenecería a una familia con propiedades agrícolas, parte de cuyo producto almacenaban en la misma vivienda, al igual que los animales de carga.

Es destacable la perfección de la fábrica y cuidada ejecución de detalles del arco de ladrillos macizos situado en uno de los lados menores del patio, contrasta con la simplicidad del resto de la construcción, apuntando a que daba a una zona noble del inmueble y/o un momento distinto de realización. Este arco en la actualidad está al descubierto siendo el único elemento de la casa sin encalar, dividiendo la estancia de un salón y el patio por un cristal fijo que permite desde el salón principal una vista preciosa del patio.

Con este recorrido histórico hemos querido acercar una casa llena de historia que ha recuperado la vida y nos entrega el maravilloso legado del tiempo.

 

 

Almizcate

 


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