PACO ASTORGA,

OTRO FOTÓGRAFO ASIDONENSE

 

Miguel Roa Guzmán

 

Hará un año o poco más cuando paseando por la calle me encontré con Manolo García Sánchez, que iba acompañado de otra persona a la que me presentó. Lo primero que me dijo fue: “A mí no me ha puesto en el libro de fotos antiguas de Medina, y yo también fui fotógrafo en los años 60”. Me disculpé por la omisión involuntaria, y quedamos en hablar largo y tendido sobre el tema para tratar de subsanar ese olvido.

Hace poco y en un nuevo encuentro casual, Manolo me recordó aquella conversación, y quedamos para ir a casa de nuestro fotógrafo olvidado. Nos reunimos en el Arco de la Pastora para desde allí ir a su casa en la calle Muro. Tras charlar un rato, quedamos para hablar con más tranquilidad y tiempo los días siguientes.

Transcribo aquí algunas de las cosas que me contó de su vida, de sus trabajos y de la Medina Sidonia de aquellos años, ilustrados con fotografías, muchas de ellas realizadas por él en la época en que se dedicó profesionalmente a la fotografía (Foto nº 1).

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Foto Nº 1

 

 

 

Francisco Astorga Jiménez, éste es su nombre, nació en 1932 en el número 2 de la calle Hoces. En la fotografía nº 2 realizada en 1936 podemos verlo con sólo cuatro años montado en un burro de cartón traído por uno de los fotógrafos ambulantes, que hacían de la calle su estudio fotográfico y que se trasladaban a las distintas fiestas y ferias; de  fondo, un telón pintado.

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Foto Nº 2

Con 14 ó 15 años empezó su primer trabajo sirviendo de peón de albañil a un pariente suyo, al que apodaban el  “1” por ser alto y delgado. Muchos años más tarde utilizaría esta experiencia en la construcción para hacerse íntegramente su actual casa siguiendo únicamente una maqueta que él mismo había realizado y teniendo como cuadrilla a su mujer e hijos. En las fotografías 3 y 4 podemos ver las Fiestas de Medina Sidonia en estos años. Se aprecia la extensión ocupada por la feria de ganado de 1949 en la Corredera; los coches aún eran una novedad en la ciudad, y en estas fechas festivas se pueden observar muchos de los que venían de fuera.

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Foto Nº 5

 

Foto Nº 4

 
A los 18 años se iniciaría en la actividad que le ha ocupado toda su vida laboral, el 29 de septiembre de 1950 empezó a trabajar en la panadería de Lucas Astorga, en aquel tiempo situada en la calle San Francisco. Su sueldo era de 12 pesetas diarias (unos 7 céntimos de euro) y medio kilo de pan. El 8 de diciembre de 1952 el negocio se traslada a la calle Moritos, y su sueldo sube a 15 pesetas diarias (unos 9 céntimos de euro) y un kilogramo de pan. En el programa de feria del año 1962 aparece una publicidad donde se anota: “Lucas Astorga Moreno, Panadería mecánica, servicio al campo, Capitán Cortés, 10 / Teléfono 177 Medina Sidonia” (Foto nº 5). Recordemos que después de la guerra muchos de los nombres tradicionales de las calles habían sido cambiados por otros relativos a personajes o hechos relacionados con la guerra civil y el bando ganador, por lo que la calle Moritos en estos momentos se llamaba calle Capitán Cortés. Es curioso apreciar cómo se destaca lo de “panadería mecánica” puesto que, al contrario que ahora, la tradición y lo antiguo no era valorado sino más bien denostado y, por tanto, lo bueno era lo nuevo que aquí se expresaba con las máquinas incorporadas al trabajo como la amasadora, las batidoras o los hornos eléctricos. Pero a pesar de esta modernidad, el renglón siguiente nos recuerda que hay “servicio al campo” puesto que una parte importante de la población aún residía allí, muchas veces en precaria situación, en chozas como la que podemos apreciar tras las tunas en la parte posterior de esta foto de 1968 (Foto nº 6) tomada en La Yeguada. En ella encontramos a Paco Astorga con su primo, también Paco Astorga, “El cojo Grimaldi” y Manuel Rodríguez, fotografiados por Manuel Estrada. En el citado anuncio también figura el número de teléfono con el que contaban los principales comercios, los servicios públicos y los más pudientes del momento siendo para los demás un lujo fuera de sus posibilidades.

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Paco Astorga abandonaría la panadería entre abril de 1954 y junio de 1955 para cumplir el Servicio Militar como cabo de Ingenieros en Sevilla. Cuando regresa, se reincorpora a su trabajo con un sueldo de 25,55 pesetas por jornada (15 céntimos de euro) y un kilo de pan. En el anuncio publicado en el folleto de feria de 1966  (Foto nº 7) la panadería de Lucas aparece ya en su actual ubicación de la calle Hércules, figura también la venta de ultrama- rinos con su repar-to al campo con servicio diario, es-pecificando que ahora  se hace en “Land Rover”, to-do un lujo para la época el poder

Foto Nº 6

 
utilizar el primer todo terreno asequible que permitía llegar a casi todos los lugares independientemente del estado de caminos y carreteras. Igualmente se destacan en el anuncio dos de las especialidades del establecimiento. En la publicidad de 1969 se cambia la palabra “ultramarinos” por la más actual de “comestibles” y se añade como novedad el servicio de taxis (Foto nº 8).

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El trabajo de Paco en la panadería tenía lugar durante la noche, pero todavía sacaba  tiempo, robándolo al descanso, para satisfacer otras iniciativas, necesidades e inquietudes. Se matricula en un curso por correspondencia en Barcelona y el 16 de noviembre de 1956 consigue el título de Técnico de Radio (Foto nº 9).

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En estos años vive y trabaja en Medina Sidonia José María Rodríguez Baquero, conocido como “Rodríguez, el telefonista”. Aquí lo podemos ver en una fotografía de 1952, seguramente para el carné de familia numerosa,  con su mujer y  cuatro de sus hijos (Foto nº 10). José María Rodríguez nació en 1922 en Argentina aunque con tres o cuatro años vivía ya en Granada, donde pasó su infancia. Con 20 años ingresó en Telefónica, uno de los pocos “extranjeros” de la compañía en ese momento. Trabajó en Barcelona donde conoció a su mujer Rosa Navarro Felez, y allí nacieron sus hijos Carlos y José María; en Medina nacieron Luis Miguel, Joaquín, Juan Manuel (por Manuel Lucero, “el de la luz” y su mujer Juana) y Mari Carmen; su hijo Víctor nació en Granada tras marcharse de Medina en el año 1968. Poco antes de su jubilación se

Foto Nº 10

 
nacionalizó español acogiéndose a la doble nacionalidad con la que pueden contar los hijos de españoles nacidos en determinados países como Argentina.

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Rodríguez llegó a Medina Sidonia en el año 1948 como trabajador de la Compañía Telefónica Nacional de España para montar nuevas líneas y teléfonos en un momento en que empieza a desarrollarse nuestro país. En la curiosa foto de 1950 (Foto nº 11) atisbamos a Rodríguez, con otros compañeros y con sus hijos Carlos y José María, en la camioneta de Telefónica con matrícula VA - 2884 que utilizaban para el tendido de las líneas de postes. El señor de gabardina y gafas debía de ser el capataz de esta brigada.

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Nos cuenta su hijo Luis Miguel acerca de la llegada de su padre a Medina:

Cuando le dieron a mi padre la plaza de Medina, primero fue él solo, viajó en tren hasta Granada y Los Barrios, luego marchó en un camión de los del corcho hasta Alcalá de los Gazules, él traía gabardina al uso y una maleta grande y muy pesada. Poco antes de llegar a Alcalá, vio que todo el personal se bajaba del camión; él preguntó qué pasaba y le dijeron que no se preocupara, que todavía no habían llegado pero que faltaba muy poco. Efectivamente, a los pocos minutos entraron en Alcalá y los paró la Guardia Civil, le pregun-taron que a dónde iba, y respondió que a Medina; que qué llevaba en la maleta, y  respondió que ropa. Cuando los “civiles” notaron lo que pesaba y que al moverla sonaba algo metálico, lo detu-vieron y le hicieron un registro. Encontraron va-rias herramientas propias de  su  trabajo  como  unos

trepadores, que utilizaba para subir a los postes de madera. Lo acusan de contrabando aunque al final todo quedó en una anécdota después de lograr convencer a los guardias de que aquello eran sus herramientas de trabajo.

 

En esta foto de 1952 (la nº 12) Rodríguez pasea con su mujer por la calle San Juan, a la izquierda se ve la droguería de Luis Rivas y al fondo la escuela de doña Concha, el suelo está adoquinado.

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Como buen aficionado al fútbol, Rodríguez participó en los momentos de gloria que “El Asidonense” dio a Medina en las temporadas de 1953, 1954 y 1955 en las que jugó  de portero. En la foto nº 13 le vemos en el campo antiguo, situado en el solar que hoy ocupa el cuartel de la Guardia Civil, que, a raíz de estos éxitos, se vallaría. Poco más tarde, por necesidades de utilización del terreno para el cuartel, el campo se trasladaría al lugar adonde hoy lo conocemos.

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Paco Astorga se asocia con Rodríguez y en la casa de éste último, en la calle Herrete, instalan un taller para montar y arreglar radios.

Foto Nº 13

 
La radio, el medio de comunicación popular de la época daba noticias, ponía música y canciones dedicadas, retransmitía par-tidos, realizaba concursos o emitía radionovelas con los que llenaban los momentos de ocio o animaban los trabajos que permitían escucharla, como coser o bordar, o las innumerables tareas domésticas realiza-das sin la ayuda de ningún electrodoméstico. La ma-yoría de las amas de casa aún no disponía ni siquiera de plancha eléctrica, que fue el primer electrodoméstico en popularizarse.

Y aquí tenemos a finales de la década de los 50 a Paco Astorga y a Rodríguez comprando por correo a Barcelona los componentes para montar aparatos de radio. Cuando Paco salía de su trabajo en la panadería de Lucas, se iba para el taller y allí iba montando los aparatos. Luego, cuando Rodríguez llegaba de su trabajo para Telefónica, se encargaba de ajustarlos para poder llevarlos a La Espiga. En la foto nº 14 recogemos una esquela publicitaria de 1956 en la que este establecimiento se anuncia como concesionario de la marca Telefunken para toda la zona. Claro está que las radios que montaban Paco y Rodríguez podían venderse a mejor precio que las de marca.

 

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Las radios hechas en el taller asidonense, unas 15 al mes, eran vendidas en La Espiga a unas 3000 pesetas (18 €), un auténtico dineral de la época que podía ser el sueldo de un trabajador durante varios meses. Allí se ponían a disposición del público interesado que las iba pagando a plazos. En la fotografía nº 15, de 1960, aparece Dolores Gómez Dávila, con la que se casará en este año Paco Astorga, escuchando la radio, quizás una de las montadas por su marido o bien una Telefunken de las que distribuía el comercio asidonense (Foto nº 15).

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Aunque Televisión Española había empezado sus emisiones en 1956, la señal no llegaba a Medina, sólo se sintonizaba la emisora portuguesa y no siempre. El primer televisor que se instaló en Medina (ya venían montados de fábrica) fue a finales de los 50 en La Espiga (entonces ocupaba el local de negocios que hace esquina entre las calles Moritos y San Juan). Al no existir antenas a la venta, hubo que hacer una a medida a base de tubos metálicos y cables de cobre siguiendo las instrucciones de un libro técnico de la época. Era un televisor Telefunken, e incluso venían personas expresamente de Cádiz, de la casa Parodi, a ver la tele, porque a Cádiz no les llegaba ninguna señal.

En la foto nº 16 de 1963 aparece Rodríguez con dos de sus hijos, tras él un televisor Telefunken, de los primeros que llegaron a nuestra ciudad; encima, entre los adornos, podemos ver el muñeco de la perrita Marilyn, marioneta del popu-lar programa para niños que entonces realizaban Herta Frankel, Franz Jo-ham y Gustavo Re en la Televisión Es-pañola (Foto nº 17).

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En los años 60 Rodríguez fue a instalarles un teléfono a las “monjas de arriba”, que al parecer les pagaba un americano familiar de una de las monjas; pero con permiso del Obispo, Manuel Acedo, el dueño de La Espiga, les instaló también una televisión durante una semana para que pudieran ver al Papa.

 

 

Este taller conjunto dura dos o tres años, después Paco montó su propio taller en la calle Tapia (C/ Dr. Thebussem), número 1. Este negocio, que se ocupaba de la reparación de radios y pequeños electrodomésticos como planchas, batidoras, etc., estuvo abierto hasta 1997 (Fotos nº 18 y nº 19).

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 Podemos ver la evolución del taller a través de los anuncios que fueron publicándose en los programas de feria (Foto nº 20). Así, en el del año 1965 figura: “Astorga, reparaciones de radios, tocadiscos, amplificadores y toda clase de aparatos eléctricos. Dr. Thebussem, 1 Medina Sidonia”. En el de 1966 casi se repite el texto, pero en los anuncios de 1967, 1968, 1969 y 1970 el texto es: “Astorga: Reparaciones de Radio – TV. Dr. Thebussem, 1 Medina Sidonia”. En el último incluso aparece el dibujo de un televisor, modificación que viene motivada por la llegada masiva de televisores a nuestra ciudad a partir de estos años y la necesidad de contar con alguien que los reparase. Hemos de recordar que la mentalidad del comprador era “un producto para toda la vida” y no para reemplazarlo por otro mejor al poco tiempo de su adquisición como sucede ahora.

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 Pero el título de nuestro artículo habla de “fotógrafo asidonense”, y es que Paco Astorga además de pasar casi toda su vida en la panadería y en su taller de reparación de radios, aún tuvo tiempo para dedicarse profesionalmente a la fotografía.

Su primer contacto con ella lo tiene hacia 1950 cuando se compró una cámara, que incluía un carrete de 8 fotografías, por unas 60 ó 70 ptas. (36 ó 42 céntimos de euro); también adquirió los elementos químicos para hacer su primer revelado. Este primer carrete lo veló al hacer el proceso a plena luz en vez de en un cuarto oscuro. La fracasada experiencia, a causa de su desconocimiento en la materia, le hace ir leyendo libros y revistas de fotografía y se matricula en uno de los cursos por correspondencia de la academia AFHA donde aprendió lo necesario para después trabajar como fotógrafo profesional durante los años 1959 y 1960, compatibilizando la tarea con sus otras dos profesiones.

El laboratorio lo tenía instalado en una esquina de un dormitorio. En el curso de fotografía por correspondencia le enviaron las cubetas de revelado y algunos elementos más. Él compró la ampliadora, tanques, bombilla roja, etc. Los productos químicos para preparar los líquidos los compraba en Cádiz en Parody o en Malet. Las marcas del papel fotográfico que usaba solían ser Agfa o Valca.

 

La cámara fotográfica que utilizó durante su etapa de fotógrafo profesional (estuvo dado de alta en esta actividad) fue una Minolta que compró por correo a una casa de Barcelona, después de ver un anuncio en una revista. La cámara era bastante cara para la época.

Sólo llegó  a fotografiar  dos bodas. Solía hacer fotos en las fiestas y en la feria yendo por la calle con su cámara preparada, también algunas fotografías para el carné de familia numerosa. Nunca tuvo estudio en su casa, sólo hacía las fotos en la calle y, después de reveladas, iba a las casas de los clientes a entregarlas y cobrarlas.

Comentemos ahora algunas de las fotos de la época relacionadas con nuestro olvidado fotógrafo.

 

 

Quizás sea la nº 21 una de las primeras fotografías que Paco hiciera, antes de dedicarse profesionalmente a ello y lógicamente utilizó a su novia Dolores como modelo. La podemos ver en un asiento del Parque del Caminillo en 1957.

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En la foto nº 22 Dolores aparece fotografiada en casa de su futura cuñada en la calle San Francisco. Observense la pose de estudio, el escenario, las luces (utilización de la luz natural filtrada por balcones y ventanas) y el fondo de cortinas de una puerta que enmarca la composición.

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Es interesante observar esta otra fotografía, nº 23,  donde aparecen dos de los hijos de su socio “Rodríguez”. Desconocemos quién la hizo en el año 1958 en la calle San Juan, pero detrás de ellos podemos ver a otro fotógrafo. No hemos reconocido a ninguno de los tres asidonenses que en ese momento se dedicaban a esta profesión, no se trata de Simón Cornejo, ni de Manuel Estrada, ni de José Calderón, por lo que hemos de suponer que venía de algún pueblo cercano a nuestra ciudad en las fiestas, tratando de ganarse el sueldo en esos días en que los vecinos gastaban más dinero. Ahí lo tenemos, cámara en mano, dispuesto a “retratar” al primero que se lo pida (retratistas se les llamaba entonces), examinando los ajustes del aparato y sin más accesorios que su experiencia en estas lides.

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Joaquín, otro hijo de su socio Rodríguez aparece en este retrato, nº 24,  de 1959. Esta foto sí está realizada ya por Paco Astorga en su etapa de fotógrafo profesional, en el interior de la casa con la ayuda del flash. Podemos ver al retratado con abrigo de invierno y sin embargo con pantalón corto, normal en estos años en que el pantalón largo era un atributo de la edad y no de la estación del año; cuando llegaban la adolescencia y los primeros cambios hormonales con la aparición de vello en las piernas de los chavales, se les ponía pantalón largo para siempre.

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Y éste de la foto nº 25 era el sello que en estos años utilizaba nuestro nuevo fotógrafo en el reverso de las fotografías para señalar su autoría, no porque quisiera hacer gala de méritos artísticos o destacar el copyright, sino por si le tenían que pedir copias de la instantánea.

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La fotografía nº 26 está tomada por otra persona pero bajo sus indicaciones y fue revelada por él en mayo de 1960. Presenta al propio fotógrafo acompañado de su hermana Isabel Astorga y de su futura esposa Dolores Gómez. Están en la calle Moritos dirigiéndose a la casa de Dolores cuando regresaban de la feria. Al fondo se puede ver la casa, donde muchos años después tuvo su última ubicación el comercio La Espiga, propiedad en ese momento entre otros de María Rivero, casada con Ramón Vargas-Machuca; casa en cuyo patio tenían lugar matanzas de cerdos que se hicieron famosas  en todo el vecindario por el olor que desprendían las faenas propias de las mismas; se daba cuenta de hasta doce o trece cerdos por año.

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Días después de esta foto, el 16 de mayo de 1960, se casaría Francisco Astorga con Dolores Gómez, matrimonio del que nacerán sus hijos Genoveva, Sergio, Isaac y Braulio.

Paco seguía utilizando como modelo a su, ahora, mujer y a la par que conseguía un recuerdo ensayaba para su nuevo oficio. Aquí Dolores trabaja con su máquina de coser (Foto nº 27).

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Foto Nº 27

 
En la foto nº 28 vemos a Dolores y a Isabel en la feria, en su recién adquirida moto “Lambretta”. La “Lambretta” junto con la “Vespa”, fabricadas ambas en Italia, fueron las motocicletas más po-pulares del momento. La Lambretta tenía un chasis tubular y el motor centrado por lo que su estabilidad era mayor que la de la Vespa, que lo incorporaba en un lado y cuyo casco era de láminas de acero prensadas. En España se llegaron a fabricar después, hasta los años 80. El nombre de Lambretta proviene del nombre de un pequeño río, el Lambro en Milán, cercano a la fábrica.

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En la foto nº 29 observamos a Paco con su Lambretta acompañado de su amigo Francisco Llamas.

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Foto Nº 29

 
En la instantánea nº 30 encontramos otra moto de la época, se ve a su socio Rodríguez acom-pañado de Jesús “el practicante” en la gasoli-nera. Era ésta una Peugeot de las  que llegaron de Francia, la fábrica empezó con bicicletas (Peugeot cycles) y evolucionó hacia la fabricación de moto-cicletas y coches.

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Por estos años, inicios de la década de los 60, no existía Instituto en la localidad pero los niños que querían comenzar el bachillerato tuvieron la ocasión de examinarse aquí con profesores venidos de Jerez. En la foto nº 31 estamos en el Salón de Plenos de nuestro Ayuntamiento convertido en aula improvisada para el examen de ingreso. Como era normal en la época, “los niños con los niños y las niñas con las niñas”.

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En el verano de 1961 se toma esta imagen (nº 32) de los niños en la alberca (utilizada como piscina) de una huerta situada detrás del cementerio. El agua debía de estar tremendamente fría.

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Ese mismo verano de 1961 encontramos a los hijos de Rodríguez con una prima venida de visita desde Barcelona en una terraza de una casa cercana a “El Chorrillo” (foto nº 33).

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 Y aquí en esta otra fotografía, nº 34, de Paco Astorga aparece su mujer reflejada en el espejo de la cómoda, en uno de los experimentos fotográficos con su cámara.

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Abandona nuestro protagonista su faceta de fotógrafo profesional porque los ingresos eran escasos y no merecía el tiempo que tenía que dedicarle. Recordemos que en esta época era cuando montaba junto con su socio Rodríguez las radios que se venderían en La Espiga.

Renuncia a la fotografía profesional pero la mantiene como divertimento y sigue realizando fotos aunque sólo sean para él, su familia o amigos.

En la nº 35, realizada en la Ermita de los Santos Mártires, se distingue a Pepa, Isabel, Pepín, Dolores, Isabel, Mari y Lola. Los padres de Dolores fueron santeros de esta ermita hasta los años 70.

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Desconocemos si esta foto de 1962, nº 36, se hizo con la cámara de Paco o fue realizada por otro fotógrafo de la época; aparecen en ella, en la Alameda, Paco y su mujer Dolores con sus amigos Paqui Carrera y Manolo García y los hijos de éstos últimos,  Rosi y Juan Bosco.

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Foto Nº 36

 
 

 


En la instantánea nº 37, realizada por nuestro protagonista en la base americana de Rota en el Día de Puertas Abiertas, Diego Jara, barbero asidonense en la calle Álamos y amigo de Paco, aparece junto a un helicóptero americano. Quizás fuese uno de estos helicópteros el primero que vieron sobrevolar y aterrizar en Medina pocos años después, cuando el aparato vino a recoger en nuestra ciudad a la esposa de John Taylor, Jefe de la Base Naval de Rota, fallecida en su residencia de Los Molinos.

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También serviría la cámara  de nuestro amigo en 1963 (Foto nº 38) para inmortalizar a este cebú (toro manso originario del continente asiático con una joroba y que se criaba para obtener carne) de la finca Rancho Viejo, raza que un rico ganadero venezolano trató de introducir en nuestra zona. En la foto aparecen tres “Pacos” Astorga con el manso animal.

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Como podemos observar en esta foto 39 de 1964, Francisco no había perdido sus inquietudes artísticas y aquí plasma con su cámara una preciosa instantánea de una ventana de su casa, realizada por el placer de hacerla.

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Paco Astorga también se ocupaba, lógicamente, de las fotos familiares. Aquí, en la nº 40, su mujer Dolores está bañando a su hija Genoveva, con pocos meses,  en el año 1964. Observamos la palangana de metal esmaltado sobre una silla de enea (no se contaba con los actuales medios y ni siquiera solía haber cuarto de baño en las casas), al fondo podemos ver la radio que aún era el elemento más popular de divertimento e información en una casa.

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Sin embargo en esta foto nº 41, realizada por Paco en 1967 y donde ya están sus hijos Genoveva y Sergio con su madre Dolores y su tía Isabel (hermana de Paco), el lugar preeminente lo ha ocupado el flamante televisor. Es curioso observar el “cardado de pelo” que Isabel lleva, tan popular en estos años. Sobre el aparato de televisión aparece como adorno un pequeño castillo con dos torreones y un arco que ya pudimos ver encima del aparato de radio en la fotografía nº 15, señal de que este nuevo electrodoméstico  había sustituido al otro en el hogar.

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Estas dos fotografías realizadas por Astorga, las nº 42 y nº 43, creemos que debieron tomarse por el año 1964. En ellas se puede ver al popular torero Paquirri (Francisco Rivera, nacido en Zahara de los Atunes en 1948 y muerto tras ser corneado en Pozoblanco en 1984) en una corrida de ensayo con picadores pagada por él mismo. En la primera se le ve entrando a matar y en la segunda con José Luis Astorga (hijo de Lucas el panadero) que en ese momento era muy aficionado y quería ser torero, animado por el cuñado de su hermano, Paco Acedo, con gafas a su derecha detrás de él.

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En esta fotografía nº 44, realizada por Paco en su casa el 10 de octubre de 1965, están celebrando el bautizo de su hijo Sergio nacido nueve días antes. Era normal bautizar casi de inmediato a los niños por miedo a que pudiesen morir antes de “cristianarse”. En la foto, a la derecha, se ve a los hermanos Lucas y Paco Astorga y, colgado en la pared en una percha, está el traje con el que llevaron al niño a la iglesia; posiblemente las cervezas que beben fuesen de la marca “Cruz Blanca” que distribuía Antonio Estudillo Orellana o “Estrella del Sur” cuyo depositario en Medina Sidonia era Luis Ortega Pérez.

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        Estas dos instantáneas de nuestro fotógrafo, 45 y 46,  están realizadas el día 7 de mayo de 1966, segundo día de feria. En la primera,  Carmen, Pepa, Dolores y María Gómez, Isabel e Isabel Astorga, Genoveva Astorga (niña con traje de gitana), Sergio Astorga (en brazos) y el niño Diego, hijo de Pepa Gómez (de pie), posan en La Corredera; detrás se observa la Iglesia de San Juan de Dios.

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En la segunda fotografía juegan los niños Genoveva y Diego, y en el fondo se vislumbran el nuevo cuartel de la Guardia Civil y las viviendas de la Barriada de la Paz (Unidad Vecinal de Absorción, integrada por 100 viviendas y 8 locales comerciales) que se habían entregado el 18 de julio del año anterior con motivo de la celebración de los 25 años de paz que el régimen de Franco celebró por toda España en el año 1964. A esta entrega de las 100 viviendas vinieron diversas autoridades provinciales que aprovecharon para inaugurar al mismo tiempo el nuevo cuartel de la Benemérita.

 En esta fotografía, nº 47, tomada el 10 de agosto de 1966, varios chavales se bañan en una alberca en la Huerta Cigarra, que en su tiempo perteneció a nuestro ilustre paisano don Mariano Pardo de Figueroa (Dr. Thebussem). Apreciamos detrás una choza de las que servían de vivienda en el campo, algunos bañistas llevan bañador, otros simplemente los calzoncillos y dos de ellos sostienen un magnífico flotador (había pocas personas que supiesen nadar lo suficiente para no ahogarse). El flotador era la cámara de aire de la rueda de un coche y, cuando te metías en él, siempre te clavabas la espita de inflado. Ir a la playa no estaba al alcance de muchos y el calor del verano era sofocado con baños en muchas de las albercas del campo destinadas al riego de las huertas.

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Las fotografías 48 y 49, tomadas en 1967,  muestran el nuevo vehículo de la familia, el “seiscientos”. En la primera aparecen Braulio y Genoveva Astorga, y en la segunda Dolores Gómez con Paqui Carrera y la niña Genoveva. Éste fue quizás el vehículo más popular que empezó a estar al alcance de la clase media española, lo fabricaba SEAT en España desde el año 1957 bajo licencia de la italiana FIAT. El precio en el año 1957 era de 73.500 ptas. (unos 435 €) aunque el esfuerzo que suponía su compra  podría equipararse  en realidad al que hoy supone adquirir un coche de unos 24.000 €. Tenía un motor de 633 cm3 (de ahí su nombre de 600) y una potencia de poco más de 21 CV.

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Aquí vemos, foto nº 50,  el coche que tenía nuestro “Rodríguez”, antiguo socio de Astorga, un Renault 4/4, primer utilitario con 4 plazas y principal promotor de la expansión del automóvil; tras él vendrían el SEAT 600 y todos los que le siguieron.

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Manolo García, su mujer Paqui Carrera y Dolores Gómez aparecen fotografiados (nº 51) por Francisco Astorga con siete de los hijos de las dos parejas en una excursión al campo en 1967, recordemos que ya contaban con el “600” para poder salir de Medina de forma autónoma y sin necesidad de usar transportes públicos.

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En estas dos fotografías (52 y 53), tomadas el mismo día de 1968 por el fotógrafo Manuel Estrada, podemos ver delante de la Caja de Ahorros de Jerez (actual Cajasol) al cojo Grimaldi, Manuel y Rafael Rodríguez y Paco Astorga. En la segunda están en la Alameda delante del Banco Español de Crédito (actual BANESTO).

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Y aquí mostramos, en la nº 54, la publicidad que la Caja de Ahorros de Jerez publicaba en los años 60 en los programas de feria. Nos llama la atención el sorteo que anuncia, cuyo premio era el bien más preciado por cualquier asidonense de la época, un coche SEAT 600, que daba a sus propietarios categoría social, libertad de movimientos y modernidad.

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En la foto nº 55 tenemos a Paco con su mujer y sus tres hijos varones fotografiados por Estrada en la feria de 1976.

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 Y llegamos al año 1985, con esta fotografía nº 56. Se ve traba-jando en la panadería de Lucas a Paco Astorga con Luis, Manolín y dos compañeros más, realizando el oficio que le ha ocupado durante más de 46 años hasta el día de su jubilación el 31 de marzo de 1997.

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Foto Nº 54

 
Después de haber repasado muchos momentos de la vida de Francisco Astorga Jiménez, un asidonense que se enfrentó a la vida con todo lo que tenía: ganas de trabajar, constancia e imaginación; que extrajo el provecho posible al mundo que le tocó vivir, que le llevó de ser albañil a panadero y de técnico de radio a fotógrafo, lo despedimos aquí con una fotografía actual, la nº 57, donde aparece junto a su mujer Dolores Gómez Dávila con la que lleva casado casi 50 años.

 

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Para completar estos recuerdos también nos llega (enviada amablemente por su hijo Luis Miguel) otra fotografía de Rodríguez “el telefonista”, coprotagonista de estas historias, que vivió y trabajó 20 años en Medina Sidonia, donde nacieron varios de sus hijos. Lo podemos ver con su mujer y uno de sus biznietos en la actualidad en Granada donde reside (foto nº 58).

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Si cada uno de nosotros, en nuestro paso por esta vida, fuésemos dejando atrás una pequeña estela luminosa se iría formando una gran maraña brillante  muy parecida a la que dejarían las demás personas que nos acompañan en el  tiempo y el espacio: situaciones parecidas, los mismos lugares, casi iguales vivencias, experiencias equivalentes… Por eso, al indagar sobre una de esas trazas lo hacemos también sobre la vida de muchos individuos coetáneos y contemporáneos; y analizando la vida de nuestros personajes en este artículo, Paco y Rodríguez,  podemos conocer un poco de la vida cotidiana de la Medina (aún en blanco y negro) de hace unos años y, por tanto, de su historia reciente.

Testigo de la vida ha sido la máquina fotográfica desde su invención en el siglo XIX; y las fotografías,  testimonio de cuanto el ser humano ha ido realizando, fuente primordial de información, la historia con minúsculas de todos nosotros. Por eso hemos de preservar ese magnífico patrimonio que atesoran nuestras casas y familias en forma de viejos álbumes o en modestas cajas que antes contuvieron galletas o unos zapatos.

Hemos de valorar las  fotos por la información que atesoran y que la memoria va desdibujando poco a poco. Aquí tenemos un pequeño ejemplo que nos ilustra sobre la importancia que esas instantáneas familiares tienen para conocer nuestro pasado, ahí están las claves y los datos para extraer lo que fueron hace unos años Medina Sidonia y sus gentes.

 


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