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Una Imagen Poco Conocida
De La Virgen De La Paz1



Miguel Roa Guzmán
Jesús Romero Valiente


En sus Notas bibliográficas de Medina Sidonia2 el Doctor Thebussem catalogaba con el número 46 -entre los papeles que contaba en su biblioteca referidos a "Sermones, novenas, estampas y asuntos religiosos"- un grabado que hoy en día se ha convertido en un ejemplar raro y de gran interés: Verdadero retrato de la milagrosa imagen de María Santísima de la Paz, titular del Convento de N. P. S. Agustín de Medina Sidonia y patrona de esta ciudad. Á devoción del P. L. F. Phelipe Rodríguez = Jacobo Vanderheyden, sculp. Pº. Sª. María 1766. - En cuarto. Grabado en cobre, de escaso mérito.

La estampa de la que hablamos ofrecía a sus fieles la única representación existente entonces de la imagen de la Virgen de la Paz estrenada en 17383. Había sido encargada, por fray Felipe Rodríguez, prior del Convento de san Agustín en la década de los ochenta del siglo XVIII, personaje que, como nos ha referido Enrique Hormigo, intervino de manera fundamental para concienciar al obispado de la importancia del culto a la imagen venerada en su cenobio. La obra fue realizada en 1766 en el taller portuense del grabador de origen holandés Jakob Van der Heyden. La abreviatura sculp., que aparce en su leyenda, es deformación del vocablo latino scalptor (grabador). La Virgen se representaba con el niño a sus pies, sobre una peana que suponemos fantasía del dibujante, al igual que el decorativo templete en que se encuentra.

Cuando, debido a la exclaustración de San Agustín, la imagen fue trasladada a la Iglesia Mayor, ya avanzado el siglo XIX, para que recibiera un culto más solemne en su nuevo camarín, el grabado de 1766 fue reeditado con algunas enmiendas en el texto de la leyenda que contenía. En esa nueva estampación, que nosotros reproducimos ahora, convenía dejar constancia del traslado de sede de la imagen. No hemos tenido la oportunidad de contemplar el grabado primitivo, pero, a partir de los datos que sobre el mismo ofrece Thebussem, no resulta difícil deducir que se realizaron cambios en la plancha. Éstos afectaron fundamentalmente a la parte del texto que pasó a escribirse con caligrafía inglesa (final de la primera línea y toda la línea segunda) en perjuicio de la letra redondilla originaria. Thebussem califica la forma del texto resultante de "estrafalaria". Efectivamente resulta muy chocante la secuencia "en Medina Sidonia/ Ciudad".

Para el asidonense de hoy quizá el mayor interés del grabado radique en la posibilidad de contemplar la imagen de la Virgen antes de que fuera remodelada en la segunda mitad del siglo XIX con motivo de su ubicación definitiva en el sagrario de la Iglesia Mayor. Aquí podemos verla con rostrillo, sin peluca, luciendo su antigua corona y más sobria, en general, de lo que hoy en día se nos muestra. Las diferencias con la actual imagen que se observan en la posición de sus manos o en el giro de la cabeza del Niño quizá puedan deberse sólo a la impericia del dibujante. No olvidemos que Thebussem decía que la estampa tenía "escaso mérito".

El erudito asidonense, contrario a las reformas que en su tiempo había sufrido la imagen, las comentaba en estos términos4:

Creo que sería casi imposible alterar la indumentaria de la Virgen de las Angustias en Granada, de la Iniesta en Sevilla, de Araceli en Lucena, de la Cabeza en Andújar, ó de Gracia en Carmona. Y, sin embargo, desde el año de 1867 se ha hecho perder su individualidad á la Patrona de Medina suprimiéndole el clásico rostrillo, colocando perendengues en sus orejas y variando las formas del manto y de la corona. No debemos acusar de esta cándida profanación á las pobres mujeres que la idearon, pues la culpa de tal sandez debe recaer en el cura, señor Pelufo, que la consintió y autorizó.

Contra semejantes alteraciones creemos que ésta es la primera protesta que se hace, pues para la generalidad tales cambios han pasado inadvertidos, ó los ha visto con la indiferencia que algunos achacan a los medineses.

Ciertamente, la queja de Thebussem ante la desidia de sus convecinos sobre este particular puede ser comprendida si leemos con detenimiento sus propias palabras cuando comenta cómo en su tiempo la devoción a la Patrona sufría cierto relajo:

Aun cuando se dedica solemne fiesta y novena á dicha Patrona, y al salir en procesión ha de ser llevada por miembros del Ayuntamiento, lo cierto es que no arden de continuo lámparas ante la Virgen, ni ésta tiene un solo exvoto en su altar, ni más estampa que la antes reseñada, y aun ésa falta en el mayor número de las casas de la ciudad. Mayor devoción tributa el público á la efigie del Jesús Nazareno de Santiago, ó al Cristo de las Penas de la ermita de Santa Ana que á su propia patrona.


Notas:

(1) Queremos agradecer a don Manuel Moreno Pantoja, su propietario, que nos haya permitido la reproducción fotográfica de la estampa a la que se refiere el presente trabajo.

(2) Doctor Thebussem (M. Pardo de Figueroa), Notas bibliográficas de Medina Sidonia, artículos varios y jeroglíficos, Madrid, Editor M. Brown, 1909, pp. 24-6.

(3) Véase lo que dice don Enrique Hormigo al respecto en el artículo precedente.

(4) A esta remodelación se refirió también en otros escritos. Véase nota 27 del artículo precedente.


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